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Alquiles o vivas de alquiler, es importante saber cómo afecta esta situación a tu declaración de la renta. Te contamos qué puedes deducir, qué debes declarar y cómo hacerlo correctamente para aprovechar todos los beneficios fiscales.
Si tienes una vivienda alquilada o vives de alquiler, la declaración de la renta puede plantearte muchas preguntas. Tanto si eres arrendador como arrendatario, es importante saber qué aspectos debes tener en cuenta para cumplir con Hacienda y, además, aprovechar posibles ventajas fiscales. Aquí te explicamos cómo hacerlo paso a paso y sin complicaciones.
Cuando alquilas una propiedad, obtienes ingresos por los que debes tributar como rendimiento del capital inmobiliario. Pero no todo lo que cobras se considera ganancia: puedes restar ciertos gastos para calcular el beneficio real.
Debes incluir el total percibido durante el año, tanto por el alquiler mensual como por otros pagos recogidos en el contrato, como cuotas por suministros o servicios, si están incluidos.
Puedes deducir varios costes relacionados directamente con la propiedad, siempre que estén justificados:
Recuerda guardar facturas y documentos durante al menos cuatro años, por si Hacienda los solicita.
Si el inquilino reside habitualmente en la vivienda (y no se trata de un alquiler vacacional), puedes aplicar una reducción del 60% sobre el beneficio neto. Es decir, tributar solo por el 40% restante, siempre que todo esté correctamente declarado y el inquilino esté identificado.
Algunas comunidades autónomas ofrecen deducciones específicas o ayudas para propietarios que alquilan su vivienda. Estas ventajas varían según la región, la edad del inquilino, el tipo de contrato o la ubicación del inmueble.
Por ejemplo:
Consulta siempre la normativa vigente en la web de la Agencia Tributaria o en la página de Hacienda de tu comunidad autónoma.
Aunque cada vez son menos frecuentes, todavía existen deducciones por alquiler para inquilinos en algunas regiones. Dependen de factores como la edad, los ingresos o el tipo de contrato.
Por ejemplo:
Estas deducciones suelen exigir un contrato registrado, pagos justificados y que no se superen determinados límites de ingresos.
Guarda todos los justificantes de pago (transferencias, recibos, etc.) y asegúrate de que el concepto del ingreso esté claro. Hacienda requiere pruebas para conceder cualquier deducción.
Cumplir con tus obligaciones fiscales te evita sanciones y te permite aprovechar al máximo las deducciones disponibles. Además, si eres propietario, una buena gestión de los ingresos y gastos te ayuda a tomar mejores decisiones y rentabilizar mejor tu vivienda.
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